En 2021 se incorporó al Grupo L’Oréal, donde ha desempeñado diferentes responsabilidades dentro de la cadena de suministro, contribuyendo a iniciativas de eficiencia operativa. Actualmente es Key Account Supply Chain Manager en la división de Gran Consumo, desde donde lidera proyectos de colaboración con clientes enfocados en data y sostenibilidad.
Del ámbito financiero a la moda
- Empezaste tu carrera en Deloitte, en el área de asesoramiento en transacciones. ¿Qué te hizo dar el salto al sector moda y lujo?
Mi primera experiencia laboral me permitió trabajar en proyectos analizando empresas y operaciones desde una perspectiva financiera. Pero con el tiempo me interesó pasar a un entorno donde trabajar más cerca del producto y de las decisiones del día a día. El sector moda siempre me había llamado la atención por su dinamismo y por cómo combina creatividad y procesos. Por eso la oportunidad en Loewe fue un buen paso para hacer esa transición.
- ¿Cómo recuerdas tu paso por ISEM? ¿Qué fue lo que más te ayudó a hacer esa transición profesional?
Lo recuerdo como una etapa muy completa y orientada a entender el sector desde dentro. El método del caso nos permitía trabajar situaciones reales y tomar decisiones considerando todos los ángulos: producto, operaciones, retail, marketing y finanzas. Ese enfoque práctico te sitúa en el rol de quien gestiona una marca y te permite entender la lógica detrás de cada decisión. Además, el valor del profesorado fue clave: muchos eran profesionales en activo, lo que aportaba ejemplos concretos, problemas reales y una visión muy actualizada de cómo funciona la industria.
- ¿Qué ha sido lo más útil del FBA en tu desarrollo profesional?
El máster me ayudó a desarrollar un entendimiento muy práctico de cómo funcionan las marcas: desde planificación de una colección a la gestión de procesos logísticos en entornos muy cambiantes. Los casos y la metodología aplicada me dieron herramientas para analizar problemas similares a los que me he acabado enfrentando en mi día a día.
Experiencia en moda y cosmética
- ¿Qué te motivó a especializarte en Supply Chain dentro del sector moda y cosmética?
Desde el inicio, me atraía un área donde el impacto en el negocio fuera visible. Supply Chain combina esa parte analítica con la gestión operativa del día a día. En el lujo descubrí una cadena de suministro muy precisa y en cosmética encontré un entorno todavía más dinámico, con ciclos de producto rápidos y una necesidad constante de dar respuesta a los retos que plantea el sector con anticipación y agilidad. Ese equilibrio entre análisis, operación y ritmo de mercado me ha motivado a especializarme en este ámbito.
- Pasaste más de cinco años en Loewe gestionando la distribución global. ¿Qué te enseñó trabajar en una marca de lujo sobre la excelencia operativa?
Trabajar en Loewe me enseñó que la excelencia operativa en lujo no se basa sólo en procesos eficientes, sino en la consistencia. Cada movimiento – desde un forecast hasta la distribución a tienda – debe estar perfectamente alineado con los estándares de la marca. También aprendí a trabajar con una trazabilidad muy rigurosa: donde entender “dónde está cada unidad” y “por qué” es clave para tomar buenas decisiones.
Además, el lujo exige una coordinación muy estrecha entre áreas, porque disponibilidad y experiencia van de la mano. Esa combinación de detalle, rigor y alineación transversal es algo que ha marcado mi forma de trabajar en operaciones desde entonces.
- Habiendo vivido la Supply Chain en una marca de lujo y ahora en cosmética de gran consumo, ¿qué diferencias destacas en la forma de trabajar, los procesos y los desafíos de cada sector?
En el lujo, la cadena de suministro se centra en precisión, control y consistencia. Los volúmenes son menores, los procesos de producción más artesanales y cualquier desviación impacta en la percepción de la marca. La planificación es muy rigurosa y la coordinación con el resto de áreas es clave para asegurar disponibilidad sin comprometer estándares.
En cosmética de gran consumo, el modelo es más dinámico y orientado a velocidad. Los ciclos de producto son cortos, los volúmenes altos y los lanzamientos frecuentes. Esto exige agilidad y capacidad de reacción rápida; para ello es fundamental el uso de herramientas analíticas y de automatización.
Ambos entornos aportan competencias distintas pero complementarias en supply chain.
- En tu primera etapa en L’Oréal gestionabas lanzamientos de nuevos productos. ¿Qué hay detrás de ese proceso que el consumidor no ve?
Detrás de un lanzamiento hay mucha coordinación: ajustar la demanda con marketing y comercial, asegurar con las fábricas y proveedores materias primas y capacidad de producción, coordinación con almacenes y alinear fechas de implementación con los equipos de e-commerce y retail. El reto es que toda esta maquinaria avance al mismo ritmo. El consumidor ve el producto el día que sale en las tiendas o publicado en media (tele, redes sociales, etc); lo que no ve es el trabajo de sincronización que hay detrás para que llegue exactamente cuando debe al punto de venta.
Sostenibilidad y Supply Chain
- ¿Crees que la sostenibilidad puede ser un motor de innovación en la cadena de suministro, más que una limitación?
Sí, claramente. En Supply Chain la sostenibilidad obliga a revisar procesos que llevan años funcionando igual, y eso abre espacio para innovar. Cuando buscas reducir emisiones, optimizar embalajes o evitar excedentes, terminas encontrando soluciones más eficientes y modelos operativos más ágiles.
Además, trabajar con objetivos de sostenibilidad fuerza a equipos muy distintos a alinearse, lo que puede llegar a acelerar decisiones. Por eso, más que una limitación, la sostenibilidad actúa como una palanca que empuja a hacer las cosas mejor y construir cadenas de suministro más resilientes.
- ¿Cómo ves la evolución del perfil del profesional de Supply Chain en el sector de la moda y cosmética? ¿Qué habilidades nuevas serán clave?
El rol está evolucionando hacia perfiles capaces de gestionar complejidad: más canales, más lanzamientos, más datos, etc. Esto requiere profesionales con una lectura clara del negocio, que sepan priorizar y tomar decisiones con información sujeta a cambios.
También se valora cada vez más la capacidad de integrar tecnología en los procesos – desde herramientas de visualización de datos a sistemas de previsión más avanzados – y de usar esa información para mejorar la operación.
A esto se suma una mayor exigencia en gestión responsable y eficiencia logística, impulsada por los objetivos de sostenibilidad. En resumen, la Supply Chain demanda perfiles con criterio, dominio de datos y una mentalidad orientada a la optimización.
Mirada personal y consejo alumni
- ¿Qué consejo darías a los alumnos del FBA que quieren orientar su carrera hacia operaciones o sostenibilidad en el sector moda?
Les diría que empiecen por entender bien cómo funciona el negocio end- to – end. En operaciones es clave tener esa visión completa: cómo se planifica, cómo se produce, cómo se distribuye y cómo cada decisión impacta en el producto final. Cuanto mejor entiendas la cadena de valor, más fácil será aportar desde cualquier rol.
- ¿Qué es lo más disfrutas de tu trabajo hoy?
Cada día trae un reto nuevo y una oportunidad para mejorar algo: un proceso, la planificación de un lanzamiento o un proyecto de colaboración con un cliente. Lo más motivador de mi trabajo es ver cómo suman las pequeñas decisiones y se traducen en impacto real.